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Mostrando entradas de marzo, 2015

Del precio al valor; del escaparate al espectáculo (III).

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Al hilo de lo que vengo publicando en los dos últimos post , en esta suerte de paralelismo entre el marketing y la vida, toca ahora hablar del precio y de la distribución (versión 4 Ps de McCarthy) o/y del valor y la conveniencia (versión 4 Cs de Lautherborn). La impagable película de Sergio Leone "La muerte tenía un precio"   nos ponia ante los ojos y en Cinemascope una realidad que a veces cuesta admitir: todo es objeto de transacción y, por tanto, requiere una valoración. No me atrevo a hablar de precio, en el sentido estricto del término que se vincula al dinero. Hablo más bien de "Valor". Lo gratuito, es decir carente de precio, sigue teniendo, no obstante, un valor incluso más alto que el guarismo que podría aparecer en su etiqueta.

Somos un "producto" siempre en venta. (II)

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En el post anterior intentaba trasladar, no sé si de forma un tanto atrevida, mi convicción de que el marketing no es más que un reflejo de nuestro comportamiento y actitud ante la vida y de que ésta, a su vez, precisa de las "técnicas" del marketing para ser vivida con visos de alcanzar nuestros objetivos según cada momento y circunstancia.  Toca dar un paso más. Porque, parafraseando a Walt Whitman , si es cierto que "no somos solo eso que se extiende entre nuestro sombrero y nuestros zapatos", también es verdad que,  espíritu animado incluido, somos un "producto" en constante necesidad de ser "comprado".

Pon un poco de Marketing en tu vida; ...te irá mejor. (I)

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Cuando en los años 60 Jerome McCarthy acuñó las famosas cuatro Ps para asentar el concepto del marketing-mix otorgó una herramienta fundamental a los departamentos homónimos de las empresas... y, de alguna forma, también al desarrollo vital de las personas, aunque suene algo "forzado" trasladar Producto, Precio, Promociòn y Distribución al diario de nuestras vidas.  Con el tiempo, el Prof. Robert Lauterborn nos lo puso más fácil al plantear un cambio de enfoque y convertir las cuatro Ps en cuatro Cs (tranquilos, esta ficticia rima consonante es el máximo grado poético que alcanza el marketing); Así, la cosa queda en Consumidor, Coste-beneficio, Conveniencia y Comunicación.  Luego veremos cuál es más adecuado para nuestro propósito, pero estoy convencido, de todas formas, que muchas de las parcelas que toca el marketing aplicado a la empresa y el mercado son perfectamente asimilables con las necesidades y situaciones a las que debemos enfrentarnos. Por eso, qué pa